Tras muchos años en la mecánica y el mundo del automovilismo, hay muchas cosas que han ido a mejor, pero en cambio, he visto otras ir a peor.

A lo largo de los años hemos ganado la suficiente experiencia como para poder recomendar o no un coche u motorización.

Una de las nuevas tendencias es la invasión de motores tricilíndricos, si tuviésemos que comprar un coche gama media descartaríamos siempre, los modelos tricilíndricos ya sean gasolina o diésel..

Lo normal sería un motor de cuatro cilindros en línea o en su defecto tetracilíndrico dentro de cada cual hay un pistón que sube y baja.

Los tricilíndricos suelen estar descompensados de forma natural añadiendo casi siempre vibraciones y ruidos.

¿Por qué los fabricantes se hinchan a vender tricilíndricos?

En dos palabras: normativas anticontaminación, siempre como no, en búsqueda de un menor consumo y suprimir el mínimo rozamiento mecánico, simplemente han optado por suprimir uno de los cilindros para así tener más facilidades en la homologación. Y si quieren que el coche “tire” le añaden un turbocompresor..

Lo único bueno a añadir es que los atmosféricos tricilíndricos, siempre queda el consuelo de que tienen un sonido de aceleración a tabla bastante bueno y el corte de inyección muy bueno.. Aunque no tire, ni a la de tres…

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